sábado, 4 de junio de 2011

el hombre que susurraba a los pajaros (y a las pajaras)

En aquel primer cafe inocente habia surgido el desconcierto y con el desconcierto,la curioridad.
Su mirada parecia infranqueable,su sonrisa picara,su expresion inocente.
Desconocia el como y el cuando empezaron a hablar sin entenderse,quien manifesto su odio primero,quien disfruto primero de tanta incomprension.
Donde el mundo se hace intimo y la coherencia pierde su nombre,empezaron el perro y la gata a resolver sus diferencias entre nordicos,sexo y plumas de pato.
El en modo galan,ella esceptica.
El prometia hasta que la metia,ella creia sin querer creer,sin querer querer.
En los rankings de etapas vitales,el momento escogido estaba entre el top ten de los peores.
Ambos circulaban por las calles de una ciudad a donde no pertenecian sus pies,ambos caminaban apresurados a un mañana tan ambicioso como tranquilo.
El planificaba,ella se dejaba llevar.Dibujaban planos de un futuro que no iba a llegar.

Alexandra se reflejaba en sus ojos sin entender a donde se habia marchado su mirada.Los impulsos del pasado eran errores en presente continuo,el carpe diem estaba obsoleto,ahora el lema de moda era 'temor por sentir'.
En esos momentos en los que el olor de su colonia se pegaba a la almohada y no existia mas distancia que piel con piel, jugaban a contruir ilusiones de dos que se esfuman al a amanecer,
Dos vasos de agua y un cigarrillo de despues,mas tarde,ella no habia bajado de su particular guion de Woody Allen,cuando el ya tenia encendido el repelente de afectos.
Al parecer en este lugar donde maquillan a polluelos con toxicos sprays,donde se comercializa mas aceite corporal que de girasol...al parecer,en este mundo de innovadoras realidades,exite una subespecie de hombre que cumple todos los requisitos solicitados con un unico pero,esta pogramado para no sentir.

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